EnBridget Jones: Loca por él, a diferencia de los enredos amorosos o las torpezas cómicas que definieron las entregas anteriores, esta historia se construye desde el duelo y la madurez emocional. La Bridget que conocemos ahora es madre soltera de dos niños —Billy y Mabel—, y su vida está marcada por la rutina, la responsabilidad y un dolor que no ha terminado de procesar.
Spoilers de Bridget Jones: Loca por él a continuación
La muerte de Mark Darcy no se reduce a una tragedia gratuita; se convierte en el núcleo emocional de la cinta. El abogado, interpretado una vez más por Colin Firth, muere heroicamente en una misión humanitaria en Sudán, lo que lo eleva a la categoría de mito dentro del universo de Bridget. Sin embargo, su presencia continúa viva en la historia. A través de recuerdos, alucinaciones y pequeños momentos imaginados, Darcy acompaña a Bridget como una figura protectora y amorosa.
Su última “aparición” ocurre en el concierto escolar de su hijo Billy, donde Bridget lo imagina aplaudiendo entre la multitud. Es en ese instante cuando ella entiende que puede soltar el pasado sin olvidarlo. La película logra así un equilibrio conmovedor: rinde homenaje a Mark sin convertirlo en un obstáculo para el crecimiento emocional de Bridget.
¿Qué ocurre con Daniel?
La evolución más sorprendente quizá sea la de Daniel Cleaver, interpretado por Hugh Grant. De ser el seductor manipulador que causó buena parte del caos en la vida amorosa de Bridget, Daniel ahora se presenta como un amigo fiel, aunque imperfecto. Su relación con Bridget ha madurado: no hay tensión romántica, sino afecto genuino y reconocimiento mutuo de sus errores pasados.
Su historia secundaria ofrece un eco temático interesante: tras sufrir un problema de salud, Daniel se da cuenta de sus propias pérdidas y se reconecta con su hijo adolescente, Enzo. Así, la película convierte al antiguo antagonista en un hombre en proceso de redención. El guion cierra su arco sin idealizarlo, pero reconociendo su humanidad.
Scott Wallaker: El Nuevo Amor, No un Sustituto
El nuevo interés amoroso de Bridget, Scott Wallaker (Chiwetel Ejiofor), representa una ruptura con el patrón romántico de las películas anteriores. No llega como un galán que compite con otro, sino como alguien que la acompaña en su reconstrucción emocional. Su conexión nace del cuidado: primero hacia el hijo de Bridget, Billy, y luego hacia ella misma.
Su relación se desarrolla con paciencia, humor y ternura, y el guion evita convertirlo en una “recompensa” por el sufrimiento. En su lugar, Scott simboliza una segunda oportunidad: la posibilidad de volver a amar sin traicionar el recuerdo de Darcy. En el epílogo, la pareja aparece consolidada, y el detalle del suéter de reno que usa Billy —idéntico al que vestía su padre— reafirma que Bridget no ha olvidado el pasado, sino que ha aprendido a integrarlo en su nueva vida.
