La cuarta temporada de Tulsa King ya está en marcha, filmándose en Atlanta, mientras la serie de Taylor Sheridan navega su periodo más convulso desde su lanzamiento. A pesar de que la producción presume números históricos —21.1 millones de espectadores en su temporada dos—, el ambiente detrás de cámaras se ha tensado por la ausencia de un liderazgo creativo claro. Dave Erickson, encargado de la tercera temporada, se retiró para concentrarse en Mayor of Kingstown, dejando un vacío que nadie terminó de ocupar formalmente.
El regreso de Terence Winter como guionista principal parecía una señal de estabilidad, pero pronto se confirmó que su rol no incluye supervisión diaria ni toma de decisiones ejecutivas. En ese hueco emergió Scott Stone, directivo de 101 Studios, quien asumió la coordinación práctica de la producción. Su mensaje al equipo quedó grabado como la chispa que incendió el ambiente: “No vamos a tener showrunner. 101 es el showrunner.” La frase generó inquietud inmediata, pues la ausencia de una figura creativa central es inusual —y arriesgada— para una serie tan costosa y dependiente de la visión autoral.
Los problemas se intensificaron al conocerse que 26 miembros del equipo no regresarían para la nueva temporada. Entre ellos, nombres pesados como Freddie Poole, coordinador de dobles nominado al Emmy. Los despidos, combinados con la reestructura constante, han llevado a que el equipo trabaje mientras se acomoda sobre terreno inestable. Para una serie construida en torno a la fuerza y control de Dwight Manfredi, la falta de dirección interna se volvió un contraste incómodo.
Aun con la tormenta administrativa, Tulsa King 4 avanza con Stallone firme en el centro del escenario. El actor vuelve blindado por contrato y por convicción, empujando incluso el regreso de Frank Grillo pese a su arco legal dentro de la historia. Gretchen Mol se suma al elenco como Amanda Clark, una política de Tulsa cuyo involucramiento promete afectar la dinámica criminal que sostiene la narrativa. La historia continuará expandiendo el conflicto abierto con Jeremiah Dunmire, que quedó en tensión al cierre de la temporada 3.
La especulación sitúa el estreno de la temporada en otoño de 2026, siguiendo el patrón previo. Mientras tanto, el universo Sheridan continúa inflándose con el spin-off NOLA King, lo que solo añade presión para que Tulsa King mantenga su calidad intacta a pesar de una producción que avanza sin timón claro. La serie se encuentra en el tipo de encrucijada donde el drama fuera de cámaras puede definir lo que veremos en pantalla.