Compañera perfecta ha sido promocionado, en materiales publicitarios, como el nuevo thriller “del equipo detrás de Bárbaro”. Vale la pena aclarar la conexión: el guionista y director de esa película de 2022, posiblemente una de las mejores y más inventivas de terror de su año, es Zach Cregger, una figura de Hollywood que replicó la trayectoria de Jordan Peele y David Gordon Green, entre muchos otros al iniciar su carrera en la comedia y migrar exitosamente al terror. Cregger originalmente apuntó a Compañera perfecta como su segundo largometraje como director, pero terminó dando varios pasos atrás durante el desarrollo del proyecto, resignándose al puesto de productor para que su amigo Drew Hancock (Suburgatory) pudiera hacer su propio debut como director.
En cierto modo, al final, esta “bondad” fue un regalo del griego. No es que Compañera perfecta no tenga cualidades, pero no tiene nada de la elocuencia y fluidez como sí lo tenía Bárbaro y demostró, al manipular tópicos y expectativas de género, para posicionarse como una película de terror genuinamente emocionante en sus elecciones, ya sean estructurales o narrativas. Y no es por falta de intentos, ya que el guión (también escrito por Hancock) invierte mucho en giros y vueltas, en convencernos de su astucia, dejando pistas y migajas por el camino, destinadas a alimentar las sorpresas realmente impactantes que se suceden a lo largo de tiempo desde el momento en que cruzamos el umbral hacia el segundo acto.
Teniendo esto en cuenta, está claro que Compañera perfecta será disfrutado mejor por el espectador sin ningún conocimiento previo de su trama: el gran placer de la película es descubrirla en tiempo real. Sólo hay que saber que Iris (Sophie Thatcher) y Josh (Jack Quaid) son una pareja que está pasando el fin de semana con amigos en una propiedad remota, y que estos días se pondrá a prueba la naturaleza misma de su relación. El texto de Hancock, por no decir que se queda enteramente en la superficie de la mecánica argumental, choca con una corriente retórica sobre las idealizaciones románticas que guían nuestras relaciones afectivas y nuestros deseos, sobre lo que sucede cuando la realidad del aburrimiento absoluto que se vive El ser humano choca con las fantasías que alimentamos sobre nosotros mismos y los demás.
En este sentido, la película es aún más interesante de lo que podría ser si cayera en el discurso fácil del abuso en las relaciones y la liberación femenina. La relación de Compañera perfecta con estas ideas es mucho más estética (Hancock hace una inteligente imitación de la feminidad bibelo de Sofia Coppola en la caracterización de Iris, y la elección musical para la escena final de la película es acertada) que narrativa. Aunque la protagonista Sophie Thatcher ofrece una actuación que valientemente intenta subrayar, a veces cayendo en rostros y bocas exageradas, la asfixia del personaje al verse atrapado en este romance de expectativas imposibles, está sola en el esfuerzo de profundizar en la trama, más en sintonía con el resto de la película está Harvey Guillén, engañosamente agudo como quizás el miembro más engañado del grupo principal de amigos.
El actor de What We Do in the Shadows también representa, de hecho, el mejor punto de conexión entre las ideas de Perfect Escort y las (pocas) incursiones que se permite en el terreno del terror. Si en Bárbarp Zach Cregger aprovechó su condición de recién llegado para experimentar con formatos y jugar con una visión del terror mucho más contemporánea que la de sus colegas más experimentados, aquí Hancock demuestra ser un director novel curiosamente tímido, rebosante de inseguridad incluso en los escenarios más directos, y por eso está lejos de la innovación. No es que toda película de terror necesite reinventar la rueda o relacionarse con el desgaste discursivo de su tiempo, pero, si no se reinventa ni se relaciona, vale la pena exigir que funcione mejor como oferta de género convencional de lo que demuestra hacer Compañera perfecta.
Tal como están las cosas, lo que le falta a la película de Hancock es intencionalidad, esa corriente eléctrica de creatividad que transforma ideas sueltas en narrativa y en un producto cultural convincente. Ante el temor que se percibe detrás de las cámaras, Compañera perfecta surge como un pasatiempo inteligente pero vacío: de impacto, de discurso y, sobre todo, de relevancia.
Año: 2025
País / Nación: EUA
Duración: 97 min
Dirección: Drew Hancock
Argumento: Drew Hancock
Elenco: Harvey Guillen, Jack Quaid, Rupert Friend, Megan Suri, Sophie Thatcher, Lukas Gage