Han pasado casi dos años desde que se estrenó la primera temporada de Severance en Apple TV+. La serie dirigida por Ben Stiller no solo fue uno de los mejores debuts de 2022, sino que también sorprendió a muchos de los fanáticos del actor por ser muy diferente a otras obras que dirigió, como La vida secreta de Walter Mitty. La historia creada por Dan Erickson mezcla ficción, con elementos retro y cierta extrañeza en sus personajes -que parecen sacados de una película de Wes Anderson- para cuestionarnos: ¿y si nuestra mente en el ámbito laboral estuviera separada de nuestra vida personal sin que uno interfiera con el otro?
Lo que parecía una simple respuesta tomó forma de conspiración cuando cuatro empleados del sector de Macrodata Refinement de Lumon, la empresa que propone la escisión del título, comenzaron a preguntarse qué hacían allí y cuáles eran las verdaderas intenciones de la empresa con ellos.
La segunda temporada de Severance comienza justo donde lo dejamos en 2022. Mark (Adam Scott) -en su versión “innie”, es decir, la que trabaja en Lumon – descubre que está casado con la señora Casey (Dichen Lachman), otra empleada de la empresa, a quien todos fuera de Lumon, incluido Mark, creían que estaba muerta. Cuando la rebelión provocada por él, Dylan G. (Zach Cherry), Helly R. (Britt Lower) e Irving B. (John Turturro) es interrumpida, exactamente en el momento en que revela la verdad a su familia, Mark despierta directamente en El ascensor Lumon, listo para un nuevo día de trabajo. A partir de ahí, nos vemos lanzados a una nueva maraña de tramas y conspiraciones, pero con algunas posiciones nuevas para los papeles principales.
Helly se encuentra con su verdadero yo fuera de la oficina, la heredera del creador del proceso de Severance. Irving sigue su búsqueda para comprender qué le pasó a Burt (Christopher Walken) y sus visiones del pasillo oscuro. Y uno de los aspectos más destacados del primer año, el supervisor Milchick (Tramell Tillman), se encuentra ahora en un nuevo puesto dentro de Lumon, lo que le llevará también a afrontar la presión de la empresa y, por supuesto, tener que ir tras las trampas de los rebeldes.
Está claro que el éxito de la primera temporada dio a los creadores la oportunidad de ampliar aún más el alcance de la segunda temporada. Hay nuevos escenarios y situaciones que exigen más tanto de los actores como del aspecto técnico, como el fantástico cuarto episodio, transcurrido íntegramente “al aire libre”. Además, la historia de la serie crece aún más, añadiendo importancia al día a día y a los conflictos de los personajes dentro y fuera de Lumon.
Britt Lower y Tramell Tillman son lo más destacado de estos primeros episodios. El trabajo de la actriz sobre la variación de personalidad entre las dos versiones de Helly es excelente. La gran forma en que guión y dirección juegan con esta dualidad, plantea dudas sobre sus reales intenciones tanto en nuestra percepción como en la de nuestros compañeros de historia. Milchick, por otro lado, parece cada vez más amenazador, pero es durante los interrogatorios y las demandas de la Junta cuando Tramell demuestra por qué se robó el show el año anterior.
La primera mitad de la segunda temporada de Severance acelera un poco más la historia y comienza a darle más forma a la línea narrativa principal: la trama de la rebelión de los empleados. Sin embargo, hay nuevos elementos - como el sector de los mamíferos y la trama de Harmony Cobel (Patrícia Arquette) - que continúan haciendo que todo sea aún más extraño y deliberadamente confuso. Tras los seis episodios a los que hemos tenido acceso, está por ver que el gran reto de esta segunda parte será no dejar una gran cantidad de cabos sueltos al final de los nuevos episodios. Porque no hay garantía de que no tengamos que esperar otros dos años para una tercera temporada.
En muchos momentos, la serie de Apple TV+, con sus revelaciones y conspiraciones, recuerda mucho a lo hecho en Lost. Y nos guste o no, esta expansión desenfrenada de la narrativa fue uno de los mayores problemas para concluir la ya clásica serie de los años 2000. Severance todavía parece tener todo bajo control y el comienzo del segundo año señala el camino correcto para la serie: convertirse (de nuevo) en uno de los más celebrados de la temporada.