La primera temporada de It: Bienvenidos a Derry está en su recta final y, como si fuera un capítulo escrito por Stephen King, lo que domina ahora no es una revelación sobrenatural sino la incertidumbre. Los hermanos Andy y Barbara Muschietti han confesado que la serie fue concebida como un proyecto de largo aliento, con un plan claro para tres temporadas, cada una ubicada en un ciclo histórico distinto de Pennywise. Aun así, HBO sigue sin renovar la serie y ese silencio pesa más que cualquier globo rojo flotando en la alcantarilla.
Los Muschietti diseñaron un mapa temporal que parte de 1962 —la época que explora la primera temporada— y retrocede hacia dos periodos clave documentados en los interludios del libro original: 1935 y 1908. Cada era profundizaría en el hambre cíclica de la entidad y su rastro de violencia en Derry, abriendo espacios para explorar elementos del canon que las películas ignoraron, como el enfrentamiento metafísico entre Pennywise y la Tortuga Maturin. La idea es tan grande que casi parece que la serie quisiera convertirse en el equivalente televisivo de una enciclopedia del terror cósmico.
HBO evalúa cuidadosamente el desempeño de la primera temporada, desde la conversación semanal en redes sociales hasta el nivel de retención de espectadores. No se trata de una simple cuestión de ratings: la serie tiene un presupuesto significativo, efectos especiales cuidados y un elenco encabezado nuevamente por Bill Skarsgård, lo que convierte a cualquier renovación en una apuesta seria. Si los números no cierran con la contundencia que HBO espera, la segunda temporada podría desvanecerse como un susurro en las alcantarillas.
El final de temporada del 14 de diciembre será crucial. No solo promete desenterrar secretos oscuros sobre la historia fundacional de Derry, sino que también prepara la pista para los siguientes ciclos temporales… si es que existen. El propio cierre está diseñado como una especie de “clave maestra” que conecta la mitología del pasado con los horrores por venir, lo que hace que la incertidumbre resulte especialmente frustrante para los fans.
Si algo está claro es que el proyecto tiene hambre. Pennywise tiene hambre. Los Muschietti tienen hambre. Y la audiencia, también. Ahora la pelota está del lado de HBO, que deberá decidir si abre la puerta hacia un recorrido más profundo por las raíces del terror o si deja la historia atrapada en un solo ciclo temporal.