My Melody & Kuromi, la nueva serie de stop-motion de Netflix, ha sorprendido a la audiencia global con su ascenso vertiginoso a los primeros puestos de popularidad en la plataforma. Aunque las protagonistas son personajes emblemáticos de Sanrio, el atractivo de la serie trasciende a los fans del universo kawaii, ofreciendo una experiencia entretenida, emocionante y visualmente impactante para cualquier espectador.
Según el director Tomoki Misato (vía), se trató de “una delicia de stop-motion para todos”, pensada para captar tanto a superfans como a quienes nunca habían escuchado de My Melody o Kuromi.
Uno de los factores que distingue a la serie es la innovación técnica y narrativa. Misato y Toruku Studio han desafiado los límites del stop-motion tradicional, incorporando acción cargada y ángulos de cámara dinámicos que normalmente se reservan para producciones generadas por computadora.
“Ignoramos el hecho de que tendríamos que crear stop-motion a partir de ellos”, comentó Misato sobre el proceso de storyboard, lo que permitió a los artistas explorar persecuciones, vuelos y escenas de acción que parecían imposibles en stop-motion. Para complementar esta libertad, el estudio desarrolló un estabilizador de cámara que abre “un mundo completamente nuevo” de posibilidades visuales.
El ritmo vertiginoso y la anarquía cinética de la serie son otro punto fuerte. Misato aplicó la regla de Pixar y Cartoon Network:
Ninguna animación estática por más de tres segundos y algo mueve la historia cada seis.
Este enfoque mantiene a la audiencia enganchada, asegurando que incluso quienes tienen poca paciencia o capacidad de atención se vean inmersos en la trama. La serie logra equilibrar acción, comedia y momentos emotivos sin perder el interés de ningún espectador.
Pero quizás lo más destacable es cómo la serie trata a sus personajes, adorables, como héroes de conflicto real. Misato explicó que quería ponerlos en situaciones que los desafían, haciendo que cada resolución de problema sea satisfactoria y cautivadora:
“Si creamos una animación donde personajes adorables hacen cosas adorables y punto, no hay nada inesperado para el público”, dijo. “Me parece atractivo poner a estos personajes en situaciones que los abruman, donde parece que no hay salida. Cuando encuentran una solución, esa sensación de alivio es interesante de ver”.
My Melody & Kuromi logra un equilibrio entre innovación técnica, narrativa ágil y personajes con los que la audiencia se identifica, convirtiéndose en una serie de stop-motion imprescindible que no requiere conocimientos previos de Sanrio para ser disfrutada.