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Avatar | James Cameron desmiente a Matt Damon y su 10% de ganancias

El actor habría rechazado el protagónico en 2009.

Lopez Aguirre
18.12.2025, a las 16H36.
Actualizado en 18.12.2025, A LAS 16H49

La historia de Matt Damon rechazando Avatar se había convertido en una especie de parábola moderna en Hollywood sobre la integridad versus la codicia. Damon, con frecuencia, se martirizaba ante las cámaras por haber dejado pasar el 10% de la película más taquillera de todos los tiempos para terminar su trilogía de Bourne. Sin embargo, esto no parece 100% del todo correcto.

James Cameron señaló (vía) que Damon no solo no perdió ese dinero, sino que la oferta millonaria nunca fue puesta sobre la mesa. Este choque de versiones sugiere una fascinante "extrapolación" por parte del actor, quien parece haber convertido un "no disponible" en un "rechacé una fortuna".

Para Cameron, la película no necesitaba una estrella; de hecho, le dijo a Damon en su momento que "la idea es la estrella". Esta filosofía es fundamental para entender el éxito de Avatar. Al desmentir el trato, Cameron protege la integridad de su proceso creativo, dejando claro que nadie, ni siquiera una estrella del calibre de Matt Damon, tiene el poder de exigir el 10% de la recaudación bruta en una producción de ese riesgo. "Si eso es lo que se habría necesitado para que él hiciera Avatar, entonces no habría sucedido", afirmó el director, cortando de tajo la idea de que cualquier actor sea indispensable para sus visiones épicas.

Lo más interesante de esta controversia es la reacción de Cameron ante el "remordimiento" de Damon. Al invitarlo a "liberarse de culpa" y asegurar que "no se perdió nada", el director está desmantelando la narrativa de víctima que Damon ha cargado por años. Es posible que el actor, en el fragor de una llamada amistosa con un director que admira, interpretara un "te daría lo que fuera" como un contrato vinculante del 10%. En Hollywood, donde la percepción suele ser realidad, Damon construyó una identidad basada en este "error" histórico que ahora Cameron califica como inexistente.

Finalmente, este episodio refuerza la imagen de James Cameron como el guardián absoluto de sus obras. No permite que ni siquiera un actor tan respetado como Damon se apropie de una parte de la historia de Avatar que no le corresponde. Aunque ambos mantienen una relación de respeto mutuo y el director elogió la ética de Damon al no abandonar a su equipo de Bourne, la lección es clara: en el universo de Pandora, la única verdad es la que James Cameron decide contar. Matt Damon ya no tiene que mortificarse por el dinero perdido, simplemente porque, según el creador de ese mundo, ese dinero nunca fue suyo.