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Crítica

Número desconocido, el documental de Netflix sobre catfishing en la escuela

Aunque simplista en varios niveles, la historia contada en la película se convierte en otro ejemplo emblemático del catálogo de streaming.

08.09.2025, a las 16H26.

Cada día aparece en Netflix un nuevo documental sobre casos escabrosos, hasta el punto de que el crimen se ha convertido prácticamente en parte del panorama. Esto se debe en gran parte al formato narrativo repetitivo y a la sobreabundancia de producciones que se producen actualmente en las plataformas de streaming. Aun así, de vez en cuando aparece un título que destaca incluso entre las historias más absurdas, como "Number Unknown: Catfishing at School".

La mejor manera de ver la serie es sin saber nada más allá del título, que ya delata lo básico de lo que está por venir. El término "catfishing" se refiere al acoso o fraude en línea cometido por personas que ocultan su identidad. Este concepto es suficiente para preparar al espectador para lo que está por venir. Todo el elenco está compuesto por personas directamente involucradas en el caso, y el guion se basa en mensajes reales, un factor que intensifica el impacto de la narrativa.

La forma en que se presentan los acontecimientos es uno de sus mayores aciertos. Cada pregunta surge y se responde casi de inmediato, creando un ritmo que recuerda al consumo de contenido en redes sociales: gancho, explicación, respuesta. Fuentes grandes en pantalla, colores vibrantes, brillo máximo. A diferencia de las series que prolongan las investigaciones a lo largo de varios episodios, "Número desconocido" entiende la necesidad de presentar todo directamente, incluso cuestionando el propio modelo de serialización de Netflix. Y esta vez, el resultado funciona.

Sin embargo, más allá de los giros inesperados, hay poco que analizar. El objetivo es impactar con el caso, no profundizar en las razones ni analizar el contexto social. Las motivaciones del acoso, las causas que llevaron al agresor a actuar e incluso las posibles conexiones con otros incidentes se exploran solo superficialmente. En este sentido, el documental termina asemejándose al contenido de redes sociales: impactante, atractivo, pero superficial.

Aun así, es difícil dejar la película impasible. La revelación final, con todo el extraño entorno, transforma la experiencia en algo completamente inusual. Es suficiente para despertar la curiosidad del espectador y hacer que investigue más la historia, busque más detalles e, inevitablemente, se sumerja en otros contenidos sobre crímenes reales. No sería sorprendente que la historia de Lauryn tenga nuevos capítulos, en otros documentales, series e incluso quizás en un thriller de Hollywood. La fórmula está lista; ahora queda por ver cómo se replicará.

Nota del Crítico
Bueno