Haz que regrese es el más reciente estreno de los hermanos Danny y Michael Philippou en los cines, y entre sus momentos de terror y suspenso, está su final, donde más de uno se habrá hecho la pregunta de lo que ocurrirá después para los sobrevivientes. Lejos de ser solo un clímax de horror sobrenatural, el final está diseñado para ser una alegoría del duelo y la imposibilidad de volver a la normalidad tras una pérdida devastadora.
SPOILERS DE HAZ QUE REGRESE A CONTINUACIÓN
La secuencia en la piscina, con Laura (Sally Hawkins) intentando completar el ritual mediante el ahogamiento de Piper, funciona como un espejo del dolor de una madre que no puede aceptar la muerte de su hija. Cuando Piper grita “mamá”, no es solo un grito de auxilio: es el momento en que Laura proyecta en ella el eco que siempre deseó volver a escuchar de Cathy, lo que hace tambalear su convicción. Ese instante de duda revela que la obsesión de Laura nunca fue con el demonio ni con la magia, sino con su incapacidad de soltar el pasado.
Otro detalle clave del final es la liberación de Oliver/Connor. El hecho de que el demonio lo abandone justo cuando Piper logra huir demuestra que el ritual estaba incompleto y que todo el poder de la entidad dependía del sacrificio. Cuando Oliver finalmente recuerda su verdadero nombre, la película subraya que la identidad y la memoria son las únicas armas contra el mal. Este giro es también un contraste directo con Laura, quien se negó a recordar la vida de su hija en paz y prefirió aferrarse a la ilusión de traerla de vuelta. Así, el final establece un paralelismo entre el niño que recupera su humanidad y la madre que la pierde por completo.
El sacrificio de Andy, aunque trágico, también se lee como una redención personal. Su confesión de haber dañado a Piper en la infancia lo atormentaba, y protegerla hasta la muerte se convierte en su manera de romper ese ciclo de culpa. Este detalle convierte a Andy en la contracara de Laura: mientras ella se hunde más en su duelo, él logra trascenderlo a través del amor genuino hacia Piper. Es gracias a su valentía que Piper logra escapar y sobrevivir, asegurando que no todo el dolor en la historia termine en tragedia.
Finalmente, la elección de los directores de no mostrar un final aún más gráfico —en el que Oliver devoraba a Laura— resalta la intención de mantener el enfoque en el duelo y no en el shock visual. Lo verdaderamente terrorífico de Haz que regrese no es el demonio, sino la forma en que el amor mal entendido puede convertirse en un monstruo aún más destructivo.