La llegada de La guerra de los mundos (2025) a Prime Video prometía una reinterpretación fresca del clásico de H.G. Wells, pero el resultado fue muy distinto a lo que el público y los críticos esperaban. Estrenada el 30 de julio en algunos países, la cinta dirigida por Rich Lee y protagonizada por Ice Cube ha alcanzado un inusual récord: un 0% en Rotten Tomatoes tras sus primeras reseñas. A este momento ya subió... ahora tiene 4%. Este debut ha convertido la película en tendencia, pero no por sus virtudes, sino por la avalancha de críticas que la han calificado como “una experiencia incómoda” y “la peor adaptación” jamás hecha de la historia.
La producción, respaldada por Patrick Aiello y Timur Bekmambetov —creador del subgénero screenlife— apostó por narrar toda la trama a través de pantallas de ordenadores, móviles y tablets, intentando replicar el impacto cultural que tuvo Orson Welles en 1938 con su famosa transmisión radial. Sin embargo, la ejecución ha sido duramente cuestionada. En lugar de sumergir al espectador, el formato ha provocado una sensación de desconexión y aburrimiento, exacerbada por el hecho de que los actores nunca comparten escena físicamente.
Entre las principales críticas figuran un guion mal escrito, un ritmo torpe y un product placement excesivo de Amazon que, según Peter Deburge de Variety, hace que la cinta parezca “un anuncio de larga duración de todo lo que vende Amazon”. La actuación de Ice Cube como Will Radford, un experto en ciberseguridad que descubre un encubrimiento alienígena, tampoco ha escapado a los señalamientos negativos, con reseñas que la tachan de forzada y carente de química con el resto del elenco.
A pesar de todo, la película ha empezado a atraer la atención de un sector curioso del público, interesado en ver “qué tan mala puede llegar a ser”. Críticos como Adam Does Movies la describen como un trabajo que “tuvo que esforzarse mucho para ser tan malo”, mientras Austin Burke la ubica como candidata a “peor película de la década”. Un destino inesperado para una producción que, sobre el papel, buscaba reinventar un clásico y terminó alimentando la larga lista de adaptaciones fallidas en el mundo del streaming.