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El desenlace de la serie española Ciudad de sombras no solo cierra el misterio de los crímenes rituales, sino que arroja luz sobre una red de corrupción institucional que se remonta a décadas atrás.
Como obra póstuma de la actriz Verónica Echegui, el final adquiere una carga emocional extra, dejando a los espectadores reflexionando sobre si la justicia es posible cuando el sistema mismo está podrido.
Spoilers de Ciudad de sombras a continuación
El cierre de la serie revela que los brutales asesinatos firmados con una "G" fueron obra de los hermanos Héctor y Helena Guitart. Su motivación no era el sadismo aleatorio, sino una venganza quirúrgica contra el "Plan Pintó" de los años 80, una operación especulativa que destruyó a su familia.
Tras ser desahuciados, los hermanos terminaron en "La Ferradura", un centro de menores donde sufrieron abusos sistemáticos bajo el mando de Félix Torrens. Los crímenes en edificios de Gaudí eran su forma de señalar a los responsables de su infancia rota, devolviendo el dolor a través del fuego, el mismo elemento que consumió su hogar años atrás.
El Clímax en la Sagrada Familia: El Atentado Final
El punto álgido ocurre durante la histórica visita del Papa Benedicto XVI en 2010. Los Guitart pretendían utilizar la consagración de la Sagrada Familia como plataforma internacional para exponer sus abusos. Aunque el inspector Milo Malart (Isak Férriz) y la subinspectora Rebeca Garrido (Verónica Echegui) logran rescatar a la jueza Susana Cabrera —cómplice de su encierro—, no pueden evitar el trágico final de los hermanos. Héctor y Helena deciden inmolarse, replicando el destino de sus víctimas en un último acto de protesta contra un Estado que los abandonó y los convirtió en monstruos.
En el terreno personal, el final es agridulce. Milo Malart logra desenmascarar al intendente Bastos, responsable de sabotear la investigación, pero termina enfrentando sus propios fantasmas familiares en el hospital. Por su parte, Rebeca Garrido enfrenta su miedo existencial a la enfermedad que mató a su madre.
Aunque no hay un romance convencional, su vínculo queda sellado por el respeto mutuo. Pese a que la serie cierra el caso principal, al basarse en la saga literaria de Aro Sáinz de la Maza, existe material suficiente para una segunda temporada, aunque Netflix aún no ha confirmado si continuará la adaptación tras la pérdida de su protagonista femenina.