Séries y Televisión

Crítica

Merlina abraza la oscuridad y crece en la segunda temporada con el sello característico de Tim Burton.

Un nuevo año corrige viejos errores y genera otros nuevos, pero el balance es positivo.

04.09.2025, a las 11H16.
Actualizado en 04.09.2025, A LAS 16H45

Parece oportuno comenzar este artículo destacando que Merlina fue una de las series de Netflix que mejor adaptó su primera temporada a la segunda. Si bien la primera entrega batió récords históricos y se consolidó como el mayor éxito en inglés de la plataforma, la serie no fue aclamada por unanimidad, recibiendo críticas incluso de Jenna Ortega, quien interpreta al personaje principal, y cuestionó algunas decisiones creativas relacionadas con la historia de su protagonista. En los nuevos episodios, los creadores Alfred Gough y Miles Millar demostraron que comprendieron los aciertos y errores del pasado, corrigiendo algunos aspectos para hacer que Merlina no solo sea más interesante, sino también fiel al estilo característico de Tim Burton.

No es que la influencia del icónico director no fuera evidente en la primera temporada. La atmósfera gótica de Nevermore y toda la dirección artística de Merlina, desde las visuales de los personajes hasta los sets, parecen sacadas de una de las obras de Burton con esa aura oscura, como Edward Scissorhands, Beetlejuice y Dark Shadows. Pero la segunda temporada se sumerge de lleno en este entorno más allá del aspecto visual. Tanto la narrativa como las propias criaturas —incluyendo hombres lobo, Hydes, cuervos asesinos y cabezas parlantes— están influenciadas por Burton, quien también funge como productor ejecutivo, haciendo que este nuevo año sea más interesante que el anterior en varios sentidos.

En cuanto a la narrativa, las observaciones de Jenna Ortega fueron escuchadas y tuvieron el efecto positivo esperado. Al dejar de lado el drama adolescente en torno a Merlina y sus aspiraciones románticas, la serie cobró mayor sustancia. Sin la necesidad de dividir la atención de la audiencia entre sus pretendientes, los guionistas tuvieron espacio para desarrollar mejor otras historias y personajes secundarios, especialmente aquellos que involucran a la familia Addams. Con más espacio, Gómez (Luis Guzmán) y Morticia (Catherine Zeta-Jones) destacan en esta temporada, con énfasis en la matriarca, cuya complicada relación con su hija y sus diversos intentos por conectar con Merlina se encuentran entre los puntos fuertes de este año.

Otro aspecto que hace de esta temporada una evolución natural en comparación con la primera es el crecimiento de Merlina como personaje. Si bien su astucia para resolver misterios le ha valido reconocimiento, es su arrogancia al creerse acertada en todo lo que casi arruina todo. Como señala Enid (Emma Meyers) en el Volumen 2, es fácil ganar notoriedad apagando incendios cuando uno mismo los provocó. Solo cuando se enfrenta a sus propios defectos, Merlina comienza a ver nuevos caminos, ya sea recuperando su don de premonición, la confianza de sus amigos o incluso la de su propia madre.

Sin embargo, tener más espacio para explorar otras historias no siempre beneficia a todos los personajes. Todo el arco argumental que involucra a Bianca (Joy Sunday) y la desaparición de su madre, por ejemplo, culmina con las revelaciones sobre los verdaderos intereses del director Bart (Steve Buscemi) y resulta tan aburrido que la resolución ocurre en un solo episodio. Da la impresión de que los guionistas no supieron cómo procesar todos los elementos creados para el nuevo año, lo que incluso afecta al tercer acto, cuando las motivaciones del villano Isaac Night (Owen Painter) se vuelven tan confusas que se cuestiona su etiqueta como antagonista de la temporada.

Con cabos sueltos claramente definidos por explorar en la tercera temporada ya confirmada, es improbable que Merlina se desvíe del camino correcto encontrado en su segundo año. Gough y Millar tienen la experiencia suficiente para comprender que beber de la fuente de Tim Burton trae más beneficios que lo contrario, y que la mayor de la familia Addams debe ser tratada como la paria que es: oscura, peculiar y brillante. A juzgar por el talento de Jenna Ortega y la riqueza del mundo creado en la serie de Netflix, Merlina Addams parece tener un futuro brillante.

Nota del Crítico
Magnífico