Un clásico de la literatura fantástica, Una arruga en el tiempo, de Madeleine L'Engle, vuelve a cobrar protagonismo en Stranger Things 5 cuando se deja muy claro que Holly (Nell Fisher) es fan del libro. La joven (spoiler) es secuestrada, y la serie utiliza el libro como clave simbólica para explicar cómo ella, y especialmente Max (Sadie Sink), quedan atrapados en una realidad construida a partir de los recuerdos de Vecna (Jamie Campbell Bower).
Al igual que en el libro (y en la película de Ava DuVernay de 2018), donde los héroes atraviesan dimensiones y se enfrentan a una fuerza maligna en un espacio que mezcla mente, tiempo y distorsión, la nueva temporada adopta esta lógica para mostrar este "mundo interior" donde las vidas pueden ser capturadas por una inteligencia oscura.
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Ahora, Omelete explica no solo el libro sino también cómo podría afectar a la serie. Te contamos:
La historia detrás de Una arruga en el tiempo
Publicada en 1962, Una arruga en el tiempo puede considerarse una de las piedras angulares de la fantasía moderna. La autora, Madeleine L'Engle, combinó ciencia ficción, espiritualidad y aventuras en una época en la que el género rara vez ofrecía protagonistas femeninas fuertes ni reflexiones filosóficas más accesibles. La trama sigue a Meg Murry, su hermano Charles Wallace y su amigo Calvin, quienes se embarcan en un viaje interdimensional para rescatar a su padre científico, desaparecido tras experimentar con viajes hiperespaciales utilizando el concepto de "teseracto", un pliegue en el tiempo y el espacio.
El libro se hizo famoso por proponer que el mal puede manifestarse mediante el control mental y la manipulación de la realidad, algo metafóricamente asociado con la infancia y las vulnerabilidades emocionales, muy similar a lo que Vecna, de Stranger Things, menciona en la cuarta y quinta temporadas. Por ello, se ha convertido en una referencia constante en la cultura pop, inspirando debates sobre el libre albedrío, el amor como fuerza transformadora y el miedo como mecanismo de encarcelamiento mental, y ahora es uno de los temas centrales de los hermanos Duffer al final de Stranger Things.
La trama y cómo funciona la "distorsión temporal"
El concepto central del libro es doblar el espacio-tiempo como si fuera una tela, permitiendo saltos instantáneos entre dimensiones. Mediante este mecanismo, Meg y sus aliados llegan a Camazotz, un plano donde la entidad llamada IT —una fuerza telepática que somete a todos a control mental— crea una realidad artificial que aprisiona a las personas y controla sus pensamientos.
El núcleo de la historia es la liberación de quienes están atrapados en esta dimensión inventada: para salvar a su padre y a Charles Wallace, Meg debe enfrentarse a la manifestación de este poder opresivo usando lo que la entidad no puede controlar: su individualidad, sus recuerdos y su capacidad emocional. Max y Holly se encuentran en la misma situación, como señala la menor. Y es precisamente este punto el que evoca directamente los conceptos utilizados en Stranger Things.
Por qué es importante el libro y cómo se conecta con Stranger Things 5
La serie siempre ha utilizado la cultura pop de los años 70 y 80 como referencia temática, y ahora la amplía con "Una Arruga en el Tiempo" para crear una metáfora visual y narrativa sobre el encarcelamiento mental. La presencia del libro con Holly, secuestrada y cautiva en un estado de confusión cognitiva, no es casual: los guionistas utilizan a su lectora favorita como guía para presentar el concepto fundamental de la temporada.
Así como Camazotz es una prisión creada por una fuerza telepática maligna, Max está atrapado dentro de una dimensión artificial formada por los recuerdos de Vecna.
No es un lugar real; es un espacio mental, moldeado por el miedo, el trauma y los recuerdos manipulados. Vecna recrea fragmentos de la mente de Max —tal como ÉL manipula la realidad para controlar a Charles Wallace— y aprisiona su conciencia en este laberinto de recuerdos.
Stranger Things 5 utiliza la estructura de Un Arruga en el Tiempo de al menos tres maneras claras: el pliegue como metáfora visual de los saltos entre realidades; el villano telepático que encierra a sus víctimas en un espacio mental que no sigue las reglas del mundo real; y el rescate emocional, donde la salida no es la fuerza física, sino romper la narrativa que el antagonista intenta imponer, y en el caso de Max esto se logra a través de la música.
Entonces, ¿cómo sería el final de Stranger Things 5?
En el libro de Madeleine L'Engle, los personajes están atrapados en Camazotz, una dimensión construida por la mente de IT, donde el tiempo, la memoria y la identidad se distorsionan. La serie replica esta lógica al mostrar que Max —y ahora Holly— están atrapados en un "Camazotz invertido": un espacio mental creado por Vecna, compuesto completamente de recuerdos manipulados, donde el pasado y el presente se mezclan y donde cada recuerdo esconde un fragmento de la verdad sobre Henry Creel. Esta pista se aclara si nos fijamos en el título del sexto episodio de la temporada: Escape de Camazotz.
Dentro de este laberinto psíquico, Max y Holly no están confinadas a un solo momento, sino a una estructura maleable que se puede navegar como si fuera tiempo real. Esto abre la teoría de que la temporada usará estos recuerdos como un mecanismo de viaje en el tiempo, permitiéndoles a ambos recorrer episodios de la juventud de Henry Creel. Este camino podría conducir directamente a una revelación al estilo de Regreso al Futuro (otra película con muchas referencias en esta temporada), encontrando versiones más jóvenes de personajes importantes y descubriendo conexiones inesperadas, como la posible relación entre Henry y Joyce, la madre de Will, antes de los eventos de la serie (ella ya aparece joven en el Volumen 1 en una breve escena en la escuela de Hawkins). Así, conocer el pasado no sería nostalgia: sería comprender el punto exacto en el que Henry dejó de ser Henry.
Si Max y Holly logran explorar este lugar, podrían encontrar los recuerdos que Vecna intenta ocultar: traumas, rupturas y el momento simbólico del nacimiento del villano. Holly actúa como la lectora astuta que comprende la lógica de la prisión mental, mientras que Max es el vínculo emocional que se absorbió allí antes. Juntos, representan exactamente lo que propone Una Arruga en el Tiempo: que la salida no es la fuerza física, sino encontrar el punto en la narrativa donde el villano pierde el control total, el pliegue que puede deshacer para liberar a quienes están atrapados.
Al revelar este "momento original" de Henry Creel, Max y Holly pueden abrir la brecha necesaria para que Once lo ataque en el mundo real. Así como Meg derrota a ESO accediendo a algo que la entidad no controla, las dos chicas pueden revelar lo único que debilita a Vecna: la verdad sobre sí mismo. Su escape de este Camazotz invertido no solo significaría sobrevivir, sino el paso decisivo para derrotar al antagonista de la serie, usando la memoria, la emoción y la revelación como armas contra el monstruo que ha transformado su propio pasado en una fortaleza.
¿Será posible? Por ahora, es solo una teoría. ¡Lo sabremos todo el 31 de diciembre, cuando se estrene el episodio final en Netflix!