Bryan Singer, director conocido por cintas icónicas como X-Men y Sospechosos comunes, ha roto un silencio cinematográfico de casi ocho años. Tras haber desaparecido de la escena principal después de su despido de Bohemian Rhapsody en 2017, el cineasta regresó discretamente al rodaje en 2023 en Grecia, donde completó una película protagonizada por el veterano actor Jon Voight.
La producción, aún envuelta en misterio, se desarrolla en Oriente Medio a finales de los años setenta o principios de los ochenta, en medio de la ocupación israelí del Líbano, y según fuentes cercanas, combina un drama de época con un relato profundamente humano sobre la relación entre un padre y un hijo. La película ha sido descrita como un trabajo ambicioso, con potencial para competir en la temporada de premios, pero también como una obra destinada a desatar polémica.
Una fuente que tuvo acceso al corte final la calificó de “muy bien hecha”, pero advirtió que su narrativa coloca a Israel en una posición poco favorable, lo que podría generar controversias políticas y polarización mediática. Otra voz cercana a la producción aseguró que la historia sigue a un arquitecto en busca de redención, mientras que el cineasta israelí Yariv Horovoitz aparece acreditado como parte del equipo creativo, lo que añade más capas al trasfondo de este inesperado regreso.
Singer, quien ha residido en Israel durante los últimos años, parece haber dejado atrás los grandes estudios y regresado a un cine más independiente, recordando su etapa temprana como “niño mimado del cine indie”. Lo notable es que el director ha trabajado sin representación de un agente, operando bajo un bajo perfil mientras estructuraba este proyecto. Informes recientes señalan que un acuerdo de distribución nacional está muy cerca de concretarse, lo que implicaría el regreso oficial de Singer al circuito internacional tras años de ostracismo.
Este regreso, sin embargo, no puede desligarse de la pesada sombra de las controversias que marcaron su carrera. Acusaciones de conducta sexual inapropiada, que se remontan a finales de los noventa y resurgieron con fuerza durante la era #MeToo, frenaron abruptamente su ascenso en Hollywood. Aunque Singer ha negado categóricamente todos los señalamientos, calificándolos de “escandalosos, viciosos y completamente falsos”, un reportaje de The Atlantic en 2019 resultó devastador para su reputación.