El monstruo de Florencia | Final explicado, ¿quién era el asesino?

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El monstruo de Florencia | Final explicado, ¿quién era el asesino?

La miniserie está disponible en Netflix.

Omelete
2 min de lectura
Lopez Aguirre
27.10.2025, a las 15H17.
Actualizado en 27.10.2025, a las 15H28

La miniserie de Netflix El Monstruo de Florencia ha capturado la atención internacional al relatar los escalofriantes asesinatos que aterrorizaron la provincia de Florencia entre 1968 y 1985. La producción, basada en hechos reales, mezcla investigación policial, entrevistas y recreaciones dramáticas, sumergiendo al espectador en un caso que, hasta hoy, sigue siendo uno de los crímenes sin resolver más notorios de Italia. 

A partir del segundo episodio, la serie centra su atención en Salvatore Vinci, quien emerge como el sospechoso más plausible. La narrativa detalla sus antecedentes violentos, sus obsesiones sexuales y su comportamiento voyeurista, además de mostrar coincidencias inquietantes con los crímenes, como su cercanía con la primera víctima y hallazgos sospechosos en su domicilio, incluyendo cuerdas, ropa con rastros de pólvora y linternas similares a las utilizadas por el Monstruo de Florencia. Aunque el programa sugiere que Vinci podría haber cometido los asesinatos, aclara que fue absuelto en 1988 por insuficiencia de pruebas.

La serie también expone cómo la desaparición de Salvatore coincidió con el cese de los crímenes, aunque advierte que esto podría ser casualidad. Este desenlace dramatizado muestra a Vinci caminando de noche con una linterna, evocando la figura del Monstruo, y deja al espectador con la sensación de que el verdadero asesino nunca enfrentó la justicia. La producción aprovecha estos elementos para mantener la tensión y la intriga hasta el final, sin ofrecer un cierre definitivo, lo que refleja la frustración histórica de la investigación real.

Netflix recuerda que el caso histórico involucra a otros sospechosos: Pietro Pacciani, Francesco Vinci, Giovanni Mele y Mario Vanni, entre otros. Varios de ellos fueron encarcelados y luego liberados cuando nuevos crímenes se cometieron, lo que refuerza la complejidad del caso y la imposibilidad de señalar a un culpable concreto. La serie deja claro que, aunque la narrativa puede sugerir un culpable, la evidencia forense y judicial real jamás fue concluyente, manteniendo el misterio intacto.

Más allá de la investigación criminal, la miniserie destaca un análisis social: los asesinatos solo pudieron darse en un contexto de intensa misoginia, donde el control y la violencia hacia las mujeres eran moneda corriente. La producción concluye que, más que una historia de justicia resuelta, el Monstruo de Florencia representa un reflejo oscuro de la sociedad italiana de la época, dejando al espectador con preguntas sobre la moral, la impunidad y la naturaleza humana.

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