No sorprende que Tulsa King abarque muchos de los elementos que hicieron de Yellowstone un éxito absoluto en Estados Unidos. Ambas series fueron desarrolladas por Taylor Sheridan, guionista con experiencia en abordar temas como la crisis de identidad en Estados Unidos y los matices de la conservadora América rural en sus obras. En su segunda temporada, que se estrenó en Paramount+ este domingo (15), la ficción protagonizada por Sylvester Stallone se refleja aún más en su “serie hermana”.
En su primer año, Tulsa King se preocupó por establecer el escenario en el que el protagonista Dwight “The General” Manfredi (Stallone), un gángster recién salido de prisión tras cumplir 25 años de prisión, intenta construir su propio imperio en una ciudad y una realidad totalmente nueva. Ya instalado en Tulsa y con una familia a la que llamar propia, Dwight comienza los nuevos episodios luchando por expandir su imperio mientras se enfrenta a la persecución del FBI, que le sigue la pista tras el mortal conflicto con la banda de moteros liderada por Waltrip (Ritchie Coster).
Para dirigir Tulsa King, Sheridan eligió a Terrence Winter para que actuara como showrunner y fuera responsable de la historia del resurgimiento de Manfredi. La elección no podría ser mejor, ya que Winter demostró que hizo sus deberes al buscar inspiración en el propio trabajo de Sheridan en Yellowstone para aumentar la escala de Tulsa King en su segunda temporada. Mientras que en el primer año Dwight tuvo que lidiar “sólo” con la competencia de Waltrip, la nueva temporada coloca a dos grandes antagonistas como sus principales obstáculos: Cal Thresher (Neal McDonough), un millonario con negocios turbios, y Bill Bevilaqua (Frank Grillo), un gángster de Kansas City que reclama el control del territorio de Tulsa.
La estrategia de duplicar la lista de villanos de su protagonista fue la misma que utilizó Sheridan en la segunda temporada de Yellowstone, en la que John Dutton (Kevin Costner) tuvo que hacer equipo con sus rivales Thomas Rainwater (Gil Birmingham) y Dan Jenkins (Danny Huston). para enfrentar a los hermanos Malcolm (Neal McDonough, un experto en ser malos) y Teal Beck (Terry Serpico).
La aparición de nuevos villanos, alineada con la creciente amenaza de la pandilla neoyorquina liderada por Chickie (Domenick Lombardozzi), hace que Dwight y su familia se vean llevados al límite. Para generar tensión de forma orgánica, Winter mueve las piezas del tablero poco a poco, con traiciones y muertes inesperadas (o no) preparando el terreno para una guerra que parece inminente.
Duplicar la dosis de peligro también aumenta el riesgo para los aliados de Dwight. Al igual que en Yellowstone, las alianzas se ponen en duda por las consecuencias de las acciones del protagonista, quien a pesar de ser un hombre honorable, nunca se lleva los insultos a casa, especialmente cuando algo repercute sobre su hija, su hermana y sus nietos, quienes se mudaron a Tulsa para escapar. La amenaza de Chickie en Nueva York.
Stallone, que ya se sentía cómodo en su primer papel importante en una serie de televisión, regresa aún más carismático, más su esencia, en los nuevos episodios. La estrella demuestra que sabe equilibrar como pocos el humor inocente con el tono amenazador de un personaje como Dwight y aprovecha su influencia en el texto de Tulsa King, ya que también colabora en el guión junto a Winter.
Para aquellos que son fanáticos de Yellowstone y de las intrigas de la familia Dutton, llega la segunda temporada de Tulsa King para ayudar a llenar este vacío con gran calidad.
Todas las semanas, nuevos episodios de Tulsa King en Paramount+.