Gran parte de Buceo Nocturno es difícil cuestionar la decisión de convertir este cortometraje de 2014 en una película. La idea de Bryce McGuire y Rod Blackhurst, que llamó la atención de nada menos que James Wan – responsable de producir la película –, se limita a una piscina maldita. Debido a su premisa simple, la película se extiende en secuencias de natación, ruidos extraños y escenas siniestras en el agua. Pero al final de la modesta duración de una hora y 38 minutos de película, también es difícil encontrar una razón para no hacerlo. Con tantas películas sobre casas embrujadas por ahí, ¿por qué no convencer al público con una piscina?
Mientras que el cortometraje se limitaba a una mujer que veía una figura borrosa al borde de la piscina, Buceo Nocturno se desarrolla en la historia de la familia Waller, que lidia con el diagnóstico de esclerosis múltiple del Sr. Waller (Wyatt Russell), un exjugador de béisbol, y encuentra una casa convenientemente barata donde él puede recibir tratamiento a través de la hidroterapia. No pasa mucho tiempo antes de que cada miembro de la familia experimente algo extraño dentro de la piscina de la residencia, y la Sra. Waller (Kerry Condon) comience a sospechar lo que está sucediendo. Para entonces, el hijo y la hija se asustan con el lugar y, extrañamente, el Sr. Waller mejora notablemente.
Lo que funciona muy bien en Buceo Nocturno, en primer lugar, es la combinación entre el lugar de tranquilidad y la sensación de peligro. Si la filmación subacuática ha sido utilizada en exceso en películas de mar –un escenario, por naturaleza, amenazador–, verla causar temor en un ambiente tan restringido y pacífico es sorprendente. La dirección de McGuire, el punto destacado principal de la película, utiliza la cámara sumergida de manera convencional, pero sabe cuándo usarla y, principalmente, cómo volver a la superficie. No son pocos los jumpscares de Buceo Nocturno, pero son certeros.
McGuire no se queda solo en lo seguro e, incluso, tiene la audacia suficiente para tomar decisiones que podrían alejar a parte del público que espera un terror más realista. La representación física de la amenaza, pieza central de uno de los mejores sobresaltos de la película, provoca una buena carcajada para aquellos que se dejan llevar por Buceo Nocturno. Su inesperada aparición establece este terror como un cuento de hadas, pero también suma puntos a la obra de McGuire simplemente porque no cualquiera se atrevería a incluir eso en su película.
Parte seguro, parte arriesgado, Buceo Nocturno está repleto de talento: ya sea por la dirección debutante y sólida de McGuire, por las buenas actuaciones de Russell y Condon, o la atmósfera muy bien construida con la ayuda de la banda sonora de Mark Korven (La Bruja, El Faro). Con sustos para acompañar la travesía, y una mitología sorprendente detrás, Buceo Nocturno se sostiene en bases tan justificables como El Conjuro.