La tercera temporada de El verano que me enamoré (The Summer I Turned Pretty) ha desatado una verdadera tormenta en redes sociales. El personaje de Jeremiah Fisher, interpretado por Gavin Casalegno, se ha convertido en el blanco de burlas, memes y comentarios negativos al punto de que Amazon Prime Video tuvo que salir en defensa del actor.
La disputa entre los bandos de fans, autodenominados Team Conrad y Team Jeremiah, alcanzó tal nivel que la plataforma lanzó un comunicado oficial pidiendo a los seguidores “mantener la conversación amable este verano”. Una medida que refleja el alcance y la intensidad que ha tomado el debate.
Lo que comenzó como un triángulo amoroso juvenil se transformó en una auténtica guerra digital. En redes sociales, el personaje de Casalegno ha sido ridiculizado con memes tan agresivos que incluso lo colocan simbólicamente en el asiento del inodoro de un avión.
A esto se sumó la controversia generada por un anuncio con Dunkin’ Donuts, donde el actor se autoproclamaba “rey del verano”, algo que los críticos en línea tacharon de promover estereotipos de belleza eurocéntricos. La mezcla de fandom apasionado y cultura del hate convirtió la ficción en un campo de batalla viral.
El fenómeno no es menor: los dos primeros episodios de la última temporada atrajeron a más de 25 millones de espectadores, triplicando los números iniciales de la serie. Ese enorme alcance hace que cualquier reacción del público se multiplique a niveles exponenciales, y esta vez, la línea entre ficción y realidad parece haberse difuminado. Lo que debería ser una historia romántica ligera terminó exponiendo las dinámicas de polarización en comunidades digitales.
Para Amazon, el éxito es innegable, pero la polémica deja una pregunta abierta: ¿hasta qué punto la pasión de los fans puede convertirse en acoso real? La plataforma intenta equilibrar la conversación y proteger a su talento, mientras que Gavin Casalegno parece tomarse con humor lo que muchos consideran un ataque excesivo.