Maldita suerte | Bacará, juego de cartas explicado por Colin Farrell

En Maldita suerte, la nueva producción de Netflix dirigida por Edward Berger (Cónclave), Colin Farrell interpreta a Lord Doyle, un jugador en decadencia que busca redención en los casinos de Macao. Más allá del lujo, el ruido y las luces de neón, la película indaga en la psicología del riesgo y la autodestrucción, encarnada en un juego de cartas clásico: el bacará. Durante la promoción del filme, Farrell reflexionó (vía) sobre la atracción emocional y filosófica que genera este juego en quienes lo practican.

“La vida es una experiencia agitativa. Intentamos contener esa agitación para poder llevar a nuestros hijos a la escuela a tiempo, no gritarles, no abofetear a nuestras parejas, no meternos en un ataque de rabia al volante”.

Para Farrell, el bacará ofrece una forma de liberar esa tensión reprimida:

“Lo que hacen el bacará y el juego es que te permiten sacar esa agitación. Hay una liberación o una frustración mayor, pero a todo se le da permiso para ser experimentado. No tienes que mantenerlo reprimido”.

El director Edward Berger complementó esta visión señalando que el encanto del juego radica precisamente en su falta de control. “No hay estrategia”, aseguró el cineasta, destacando que esa sensación de abandono al azar es lo que seduce a los grandes apostadores.

Farrell, por su parte, compartió una anécdota impactante:

“Nos mostraron una sala de grandes apostadores. Había dos caballeros chinos que jugaron durante cuatro horas cada uno, y la casa ganó 25 millones [de dólares]. Pero lo curioso es que también están miserables cuando ganan”.

Con esta reflexión, Maldita suerte no solo retrata el glamour de Macao, sino también el vacío existencial que acompaña a quienes, incluso teniendo todo, buscan una emoción que los saque de su propio control.

Maldita suerte ya está disponible en Netflix.