Escena de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder (Reproducción)

Créditos da imagem: Escena de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder (Reproducción)

Séries y Televisión

Artigo

El cuarto episodio de Los Anillos de Poder tiene un pie en la tierra y un pie en el acelerador

La llegada de la directora Sanaa Hamri ayuda a crear otro gran capítulo para la serie

Omelete
3 min de lectura
05.09.2024, a las 13H59.

ADVERTENCIA: ¡Siguen spoilers de Los anillos de poder!

La directora Sanaa Hamri es una elección interesante para la segunda temporada de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder. Conocida en el cine por escribir comedias románticas elogiadas por la crítica, hizo la transición a la televisión a mediados de la década de 2010 y trabajó en pulidas producciones contemporáneas, pero no precisamente prestigiosas ni dadas al genero (Nashville, Glee, Shameless), antes de lanzarse en paracaídas a The Wheel of Time y Gen V, en 2023. Allí, demostró que su toque ligero y su sentido del espacio realista encajan bien en escenarios más ambiciosos, incluso con elementos fantásticos.

En el cuarto capítulo de Los anillos de poder, este es exactamente el papel que desempeña. Poco más de una hora del episodio se concentra en gran medida en tres subtramas: en la primera, Nori (Markella Kavenagh) y Poppy  (Megan Richards) se encuentran con una nueva subespecie de hobbits, descubriendo más sobre el equilibrio de poder en Rhûn, mientras que el Extraño (Daniel Weyman) encuentra en Tom Bombadil (Rory Kinnear) un valioso asesor en su búsqueda de identidad; en la segunda, Galadriel (Morfydd Clark) y Elrond (Robert Aramayo) cruzan un camino traicionero en su viaje a Eregion y, al llegar allí, encuentran un ejército de orcos a punto de invadir la fortaleza, lo que requiere un impetuoso sacrificio en el parte del ex comandante; en la tercera, Arondir (Ismael Cruz Cordova) e Isildur (Maxim Baldry) buscan al desaparecido Theo (Tyroe Muhafidin), allanando el camino para la llegada de los Ents a la serie.

Como ya quedó claro la semana pasada, con los tres primeros capítulos de la temporada, este nuevo The Rings of Power opta por moverse mucho más rápido que su predecesor, y abordar una cantidad mucho mayor de conceptos fantásticos a la vez. Por lo tanto, no sólo se presenta a los Ents con tacto pero sin mucha ceremonia, sino que el Extraño se ve casi inmediatamente absorbido por el mundo de mística natural representado por Bombadil. El personaje, de hecho, es una presencia enérgica en el universo de la serie cuando se traduce en las elecciones excéntricas y equilibradas de Rory Kinnear, quien en los últimos años ha demostrado su valía una y otra vez (Penny Dreadful) y otra vez (Yards and years). Uno de los mejores y más consistentes actores de su generación.

Por otro lado, Hamri es excelente a la hora de inyectar espíritu de aventura en el camino lleno de luchas de poder y peligrosos encuentros que se desarrolla ante Galadriel, Elrond y sus correligionarios. El guión tiene presente la enemistad entre los dos grandes amigos, provocada por el Anillo de Poder que porta Galadriel, pero la cámara de Hamri intenta recordarnos que esto también es una expedición a través de terrenos oscuros al mejor estilo Tolkien. Y es ecléctico: cuando aparecen las criaturas de la tumba, la secuencia avanza a un ritmo lleno de suspenso, sin ceder al frenesí; En el enfrentamiento final de Galadriel con los orcos, las hazañas atléticas del elfo (y la coreografía creativa del equipo de especialistas) ocupan un lugar central en una hermosa secuencia iluminada en naranja por las antorchas de los enemigos.

El resultado es un capítulo dinámico, estructuralmente bien resuelto, que aun así pasa volando y deja un gusto a “quiero más”. Demuestra que este Rings of Power, que camina por la Tierra Media con pasos mucho más ligeros que antes, es una presencia muy bienvenida en la escena fantástica contemporánea.

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